Si hay una canción que para mí celebra el estar bien, esa canción es ésta. Sin prejuicios y sin culpas. Sin vergüenza ni pudor. En un mundo en el cual "soy feliz" es una frase que debe ser dicha en voz baja para no romper el hechizo, para no despertar envidia, para que no ser considerado soberbio, arrogante y vanidoso, esta canción festeja el momento de la felicidad y la intensidad con la que deberíamos experimentarla, alejando de nosotros cualquier sombra de miedo, duda o tristeza. 
Casi todos estamos acostumbrados a celebrar nuestras alegrías con austeridad porque la felicidad es provisoria o porque "el que ríe en viernes llorará en domingo". ¿Y si pensáramos al revés? ¿Y si pudiésemos ser felices hasta los huesos porque, total, la felicidad es provisoria? ¿Y si pudiésemos valorarla porque es fugaz? ¿Y si pudiésemos entender y sentir que la tristeza también lo es? ¿Y si nos acostumbrásemos a pensar sólo en el ahora porque, en definitiva, es lo único que tenemos? 
El tiempo es una construcción que nos encarcela. El tiempo, en realidad, no existe. No hay pasado ni futuro. Sólo momentos encadenados caprichosamente por nuestra memoria. O sucesiones probabilísticas articuladas por nuestra imaginación. La vida es ahora. El ahora es eterno.
I'm a shooting star leaping through the skies. Don't stop me now, I'm having such a good time.


Don't stop me now. Queen.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me hiciste bailar Lau!!!!!!!!!! me encantó tu nota!!!!!!!!!!! muy cierto!!!!!!!!!!el pasado y el futuro no existe solo el presente!!!!!!!un besote. cris

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