Esta pieza musical tiene sobre mí un efecto casi mágico: sintoniza con mis emociones, no importa cuáles sean, y las potencia. Si estoy triste, rompe todos mis diques de contención y me hace soltar el llanto que se anuda en mi garganta. Si estoy alegre, transforma la felicidad en epifanía, en una suerte de plenitud extática.
Cada persona tiene características particulares. Entre las mías se cuenta la austeridad emocional. Bajo la aparente calma de mi transcurrir tienen lugar bellísimas tormentas emocionales que rara vez ven la luz y que, por lo tanto, casi todos desconocen. Algunos piensan que soy fría, de un racionalismo a ultranza, desafectivizada. Son pocos los que saben leer en mí lo visceral tras lo apacible, lo sanguíneo tras lo mental, lo rebelde tras lo correcto.
Sé que en mi naturaleza no sólo está lo que se ve. También me habita lo que, aun desde el silencio y la quietud, se manifiesta frente a mis ojos como una explosión apasionada que este Canon de Pachelbel siempre amplifica.



Canon en Re mayor, Pachelbel.

1 comentarios:

Natalia Schcolnik dijo...

Hermoso, gracias Lau!! abrazos

Publicar un comentario

Copyright 2010 Historias con canciones
Lunax Free Premium Blogger™ template by Introblogger