Desde jardín de infantes –todavía no se llamaba preescolar– a cuarto grado fui a una escuela hermosa. Tenía jardines y patios enormes para jugar, calefacción, ascensores, pileta de natación, una terraza con torres, retoños de varios árboles históricos bajo los cuales había una placa conmemorativa, un verdadero teatro para los actos y un museo lleno de maravillas para inspeccionar...
Recuerdo haber escrito con prolija aplicación en las carátulas de mis cuadernos el nombre de la directora: Martha A. Salotti. Por supuesto, en ese momento no tenía idea de quién era esa notable pedagoga, heredera cultural de Rosario Vera Peñaloza. Sí, en cambio, sabía que Rosario Vera había tenido un rol protagónico en la creación del museo porque, entre otras cosas, cada vez que nos acercábamos a las mesas con enormes mapas en relieve de la Argentina, nuestras maestras nos decían: ¡Cuidadito con tocar que todas estas cosas las hizo la señorita Rosario! De hecho, esa maestra ejemplar fue la creadora del Complejo Museológico de la escuela.
Era, aunque por la descripción no lo parezca, una institución estatal. Mis padres, fanáticos de la educación pública, no hubiesen considerado otra alternativa. Era –es– lo que el inmigrante benefactor que donó los fondos para su construcción había querido: "un palacio para los niños".
Ahí, entre otras cosas no menos importantes, empezaron a enseñarme a amar a mi patria. 
Cada vez que escucho esta canción recuerdo con cariño y orgullo mi primera escuela: el Instituto Félix Fernando Bernasconi. 



Rosarito Vera, maestra. Mercedes Sosa
Biografía de Rosario Vera Peñaloza

1 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno Laura, los recuerdos de una época gloriosa para la educación pública y el homenaje a Rosario Vera Peñaloza, MAESTRA
Me emocioné mucho

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